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¿Qué maestro quiero ser?

Actualizado: 16 ago 2021



Hoy quiero hablarles del tema de la resiliencia, la cual la entendemos como esa capacidad de adaptación positiva ante situaciones de adversidad. ¿Qué es lo que pasa por nuestra mente cuando leemos esta definición? Quizás nos parezca imposible o tal vez imaginemos algo muy burdo, como la imagen de alguien riéndose a carcajadas en una situación difícil o de crisis. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase? ¡Debes controlarte!... y creemos que el mesurar nuestras emociones o controlarlas es la clave para alcanzar la resiliencia. La verdad es que lo anterior está muy lejos de ser cierto; sin embargo, todos podemos desarrollar esta hermosa capacidad y hacerla parte de nuestro día a día. A través de este escrito descubrirán las claves que los ayudarán a re-descubrirse e ir desarrollando la resiliencia como parte de su vida, ¡tengan cuidado con los sartenazos!

Primero es importante que viajemos a nuestra historia, ya que en ella podemos identificar algunos héroes, plebeyos, villanos, quizás también víctimas y victimarios. ¿Cuántos roles has tenido que jugar a lo largo de tu vida? ¿Cuáles roles te han traído mayor satisfacción? ¿Cuáles roles te han causado dolor y sufrimiento? Todo el universo se compone de polaridades, tú mismo al ser reflejo de la divinidad cuentas con dos polos que llamaremos energía masculina y femenina o bien energía creadora y energía receptora. Cuando hablamos de polaridades no nos referimos a bueno/malo si no a la capacidad que tenemos de crear, de nuestra energía para dar y recibir; cada una de ellas se alimenta en reciprocidad. La energía masculina se refiere al deseo de satisfacer, llenar y dar, mientras que la energía femenina es la energía receptora y creativa. Estas energías no están peleadas con nuestro sexo, puede haber mujeres en quienes prevalezca más la energía masculina y viceversa. Una mujer o hombre con mucha energía masculina, pudieran ser personas muy duras, quizás hasta temidas, pero también muy determinadas, proactivas y posiblemente no respeten la reglas sociales o morales con tal de alcanzar sus fines; por tal motivo, es importante saber identificar nuestra tendencia energética para equilíbrala. Al reflexionar sobre nuestra historia e identificar nuestros roles más significativos, podemos ver materializado nuestra realidad, ella es alimentada de cada uno de nuestros pensamientos, somos creadores de un universo infinito de probabilidades. La principal diferencia entre otra persona y tú estriba en la manera en que aplicas tu poder y en lo que creas con él. Tal vez te parezcas a otras personas en muchas cosas, pero no todo el mundo vive la vida de la misma manera que tú. Has practicado toda tu vida para ser quien eres y lo haces tan bien que te has convertido en un maestro de lo que crees que eres. Eres un maestro de tu propia personalidad y de tus propias creencias; dominas cada acción y cada reacción. ¿Qué maestro quieres ser en tu vida?

Lo segundo que debemos hacer es tomar consciencia de nuestros miedos. La situación actual nos ha hecho sentirnos más expuestos a nuestros miedos, pero ¿en realidad los conocemos? ¿Tengo miedo a enfermarme? O mi miedo es estar solo o quizás el sentir que puedo ser vulnerable, ¿Tengo miedo a quedarme sin trabajo? O realmente mi miedo es explorar nuevas oportunidades y salir de mi zona de confort. Al conocer nuestros verdaderos miedos también es posible verlos de frente y confrontarlos. Te darás cuenta que la mayor parte del tiempo, nuestros miedos han tomado dimensiones enormes como el monstruo que creíamos habitaba en nuestro closet de pequeños, pero al ser capaces de verlos más de cerca perderán poder. En este momento te preguntarás y ¿qué relación tienen mis miedos y mi parte creadora con la resiliencia? Si has sido capaz de cuestionarte, ¡te felicito!, ¡vamos por muy buen camino! Pues sencillamente mi respuesta es, ¡Todo!


Al conocer tu historia te has dado cuenta de los roles que has creado para ti y para tus personajes favoritos (papá, mamá, hermanos, novi@, espos@, etc), has vuelto a experimentar esas emociones que en momentos hemos controlado o enmascarado para no sentir, porque aprendimos que eso era lo correcto o que nos producía malestar. Al permitirnos experimentar de nuevo nuestras emociones es más fácil identificar nuestros miedos, ya que generalmente nos invaden sentimientos de temor, ansiedad, en algunos casos los disfrazamos de enojo o simplemente evadimos realizar algunas acciones o personas. Quizás nos lleve un poco más de tiempo el poder trascender nuestros miedos, pero ha sido un gran recorrido el que hemos llevado al ser capaces de reconocerlos y decirles … ¡Hola!, el día de hoy no dejaré que me domines porque ya conozco lo que harás en mí, pero hoy te jugaré una broma, hoy decido reaccionar diferente para reírme contigo.


Lo tercero, es conocer ¿Qué nos hace felices?, muchos de nosotros podemos responder de manera casi automática, mi familia, mis hijos, etc. Pero ¿qué es lo que te hace disfrutar a tu familia e hijos? ¿qué te roba una sonrisa?, ¿qué es lo que te hace bailar o cantar cuando estás trabajando o tomando un baño? La felicidad es algo personal, a veces nos hemos empeñado en alcanzar estándares con la idea que seremos felices…. Si yo tuviera el trabajo de mis sueños sería muy feliz, si tan solo tuviera mayores ingresos, si estuviera más delgada o más alta, si fuera más parecido tendría más suerte con las chicas, etc. Si ponemos atención a cada una de estas frases y las que pasan por nuestra cabeza, nos daríamos cuenta que estamos dejando “nuestra felicidad” en manos de alguien más, ese alguien más es quien está ejerciendo o dirigiendo gran parte de nuestra energía. Imagina que eres como un celular y tienes tu pila al 100% pero comienzas a gastar tu batería desde muy temprano, al enojarte porque alguien ocupó la regadera antes que tú, o porque no alcanzaste a desayunar en casa, al ir manejando rumbo a tu trabajo alguien no respetó un señalamiento o tú tienes demasiada prisa y requieres ir más rápido, cuando llegas a tu trabajo ya solo tienes el 80% de tu pila, al llegar a casa requieres urgentemente conectarte al enchufe. Entonces, ¿cuál es tú enchufe? ¿Qué pasaría si no fuera necesario conectarte a un enchufe?, a eso voy… cuando somos capaces de detectar nuestra propia felicidad nos mantenemos en lugares, con personas y generando acciones que nos alimenten positivamente, de esta manera dedicamos menos tiempo y energía a cosas o personas que nos roban nuestra pila. Al hacer un swich en nuestra forma de percibir nuestro mundo, estamos creando posibilidades desde el amor.


Hace poco estaba escuchando una conferencia en TED sobre la cultura educativa desde un enfoque orgánico y el expositor comentaba que existen condiciones en las que los seres humanos prosperan y otras en las que no, mi creencia es que tú puedes prosperar si tú lo decides y crear esas condiciones idóneas que requieres para hacerlo. Él hablaba sobre una metáfora la cual me gustó mucho, existe un lugar que se llama “valle de la muerte”, se encuentra en California y ha tomado ese nombre porque sus condiciones climáticas son extremas como en el desierto y no existía vegetación, pero en el 2004 llovió y llovió muchísimo en este lugar, para sorpresa de los habitantes de los alrededores “el valle de la muerte” se llenó de vegetación y hasta de flores en su suelo. ¿Por qué les comento esto? Porque todos somos tierra fértil con semillas deseosas de brotar, tú decides con que cantidad y calidad de agua te permites alimentarte. Todos hemos atravesado circunstancias en nuestra vida que nos han provocado dolor y algunas cicatrices, pero es nuestra decisión transformar nuestras experiencias en aprendizajes.


Bianca Lessly Lozano Estrada

Lic. En Psicología Cognitivo Conductual

Mtra. Responsabilidad Social Corporativa

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